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Nos va a dar algo

  • José Martí
  • hace 11 minutos
  • 2 Min. de lectura

Los granotas empezamos a dudar si, a este paso, aguantaremos las siete jornadas que restan del campeonato.


A este paso no llegamos al final. Es el comentario generalizado entre los taquicárdicos aficionados granotas que están poniendo a prueba la fortaleza de sus coronarias en las últimas jornadas. A los infartantes partidos propios -como en Córdoba- con goles, ocasiones y penaltis VAR en el alargue, hay que sumar los de los rivales directos que ahora seguimos con pasión.


Resulta una tortura haber jugado un viernes y tener que soportar el resto de la jornada con el corazón en un puño; seguir cada partido del Elche, Racing, Mirandés… deseando su derrota, animando a su rival como si fueras Orellut o del Depor de toda la vida, celebrando sus goles como propios. En serio, no queremos volver a jugar un viernes. No queremos revivir y aflorar sensaciones que creíamos ya superadas. No seremos capaces de soportarlo mucho tiempo más. Y todavía faltan siete jornadas.


Porque cuando acaba una jornada, se pasa página, y empieza otra que comienza de cero, con los puntos de distancia entre cada uno volviendo a bailar. Se olvida lo anterior. Lo efímero es inherente a la competición. No hay memoria en las emociones que se renuevan en cada partido. Es una pasión, perdonen que insista, que muere al terminar la jornada y se renueva a los cinco días.


"Resulta una tortura haber jugado un viernes y tener que seguir el resto de la jornada con el corazón en un puño"

Acudimos el sábado al Ciutat tras la Pasión con la ilusión renovada… y, quien lo precise, con la pastillita para colocar debajo de la lengua y el marcapasos preparado. Buscamos la victoria con Iván Romero subido al carro de nuevo ante un conjunto maño en horas bajas, con Dani Gómez -su buque insignia, el Titánic- de regreso. Dispuestos a disfrutar de la ambición de los granotas, de un equipo hambriento que no se rinde y siempre va a intentar ganar el partido hasta el final.


Otra agonía aparte son las cuentas del club aprobadas en la Junta de accionistas. Pepe Danvila ha logrado esquivar la causa de disolución poniendo el dinero de su bolsillo y haciendo malabarismos. El objetivo es alcanzar la solvencia a largo plazo, al margen de la categoría en la que esté. A estas alturas todavía muchos nos preguntamos cómo ha sido posible que, en apenas seis años, hayamos acabado en esta situación tan catastrófica de la que tanto va a costar salir. Nos consta que se están adoptando medidas para evitar que personalismos excesivos vuelvan a provocar situaciones similares en el futuro. Ojalá.


Nos queda un mes y medio de competición, demasiado tiempo, en el que todo va a ser de infarto porque no hay nada conseguido, incluso la lucha del equipo femenino por la salvación a falta de cuatro jornadas o el futsal en puestos de play-off para volver a ascender. Prepárense para lo que resta. O no.




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