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José Martí

Golear para crecer

Los cuatro “chicharros” del sábado sobre el filial amarillo no pueden llevarnos a engaño ni desviar la atención sobre la necesidad de adaptar el juego a las características de una plantilla excelente, con mucha pegada arriba.


Mientras el Levante sigue averiguando a qué quiere jugar, se ha colocado en puestos de playoff; mientras busca una alternativa creativa a un Campaña reincidente en las lesiones, sigue creciendo en la categoría; mientras los laterales se empeñan en demostrar su ineficacia en ataque… y en defensa, continúa sumando cada jornada; mientras la enfermería se va llenando, los últimos en llegar demuestran su valía; mientras, en fin, el equipo sigue demostrando que está todavía de pretemporada, en fase de construcción, poco a poco va adquiriendo seguridad y confianza a base de sufrir y sumar.


Nada mejor que ganar y golear para crecer. Pero los cuatro “chicharros” del sábado sobre el filial amarillo no pueden llevarnos a engaño ni desviar la atención sobre la necesidad de adaptar el juego a las características de una plantilla excelente, con mucha pegada arriba. Nafti sigue trabajando, haciendo cambios y modificando planteamientos para encontrar el camino que permita desatascar los partidos y despejar dudas. El míster ha pasado de un planteamiento ultradefensivo para amarrar la portería a un esquema atrevido en ataque. Pero es necesario más control del juego, más posesión, menos despistes en las vigilancias, menos balonazos, más alternativas en combinaciones de ataque y más juego colectivo… y perder menos los nervios desde el banquillo. Todo esto lo sabe. Lo que tiene que averiguar ahora es la manera de ponerlo en práctica. El técnico debe analizar el juego de las primeras jornadas y sacar conclusiones, sin miedo y valentía. Podríamos aconsejarle, a modo de homenaje al finado, lo que escribió Javier Marías en "Baile y sueño": "No desdeñes nunca las ideas imaginativas. A ellas se llega sólo después de mucho pensamiento, de mucha reflexión y mucho estudio, y de notable atrevimiento". Porque a simple vista parece que estamos todavía muy por debajo de nuestras posibilidades.



Lo que sucede a estas alturas no es un diagnóstico definitivo, pero sí un síntoma evidente para evolucionar en la dirección correcta.


Nos preguntábamos contemplando a los groguets la razón de tener un filial, con su elevado coste para mantenerlo, si no se utilizan sus jugadores de modo inmediato, cuando son necesarios en el primer equipo. Algunos argumentan que son jóvenes para luchar a ese nivel, pero si no se les da ocasión de demostrar que son capaces de jugar en él con cierta continuidad, nunca se podrá saber si son o no capaces de aquello para lo que se les paga y entrena. De ahí nuestra alegría de ver debutar el sábado a Hugo Redón, y disfrutar una plantilla con Cantero, Cárdenas, Pepelu, Pubill… incluso Iborra. Y nuestra tristeza de ver cómo está ahora el filial granota.


No es cierto que, según la teoría de los malos estudiantes, lo que pasa antes de noviembre apenas importa porque es reversible todavía. Que nos lo digan a nosotros después de la primera vuelta de la temporada pasada... Lo que sucede a estas alturas no es un diagnóstico definitivo, pero sí un síntoma evidente para evolucionar en la dirección correcta, allanar el camino y ser felices mientras tanto. Lo que avancemos, aunque sea a trompicones, es recorrido para alcanzar el objetivo final. Y pasa por ganar el viernes al Cartagena. O no.

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