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José Martí

Experimentos granotas

De un tiempo a esta parte el Levante es un compendio de pruebas en busca del éxito... pero no debemos olvidar que la mayoría de los experimentos tienen como resultado el fracaso.

Benjamin Disraeli escribió que “los experimentos en política significan revoluciones”. En el Levante, posiblemente quedarte sin ascenso.


Muchos granotas andamos desconcertados ante tanto experimento como venimos padeciendo en los últimos tiempos. Porque no me negarán que experimentamos con las leyes de la lógica al intentar demostrar semanalmente que se puede seguir a tiro de piedra del ascenso directo pese a ganar un partido de los últimos siete. O que se puede continuar jugando igual, aunque media plantilla esté lesionada o fuera de forma. O el experimento de Calleja de alinear de inicio a Iborra como delantero centro lento, teniendo disponibles a varios nueves puros.

Mención aparte merece la clásica técnica científica del prueba-error tan bien llevada a cabo por Roberto Suárez en el centro de la defensa granota. El central va probando durante el partido, con estilo y parsimonia. Jugándose el tipo, siempre al filo de la navaja. Con frialdad y prestancia de torero, maneja el balón atrás como si fuera un capote, con la personalidad propia de un maestro en el difícil arte del cuerpo a cuerpo, citando al delantero, amagándole y, al paso de este, cargando la suerte hacia el lado contrario. Con mucha clase. Olé Beckenbauer. Hasta que, antes o después, falla y el toro termina pillándole. A él y a nosotros con él.


La mayoría de goles en el fútbol se encajan por pérdidas en la salida del balón en corto cerca de la portería. Menos mal que el prestigio de Róber Pier está a salvo como central fiable de garantías...

Hay quien sostiene que esa nueva moda del fútbol actual de jugar en el área pequeña con el portero es una especie de apuesta, una broma de mal gusto que se ha impuesto casi como obligatoria. Al margen de Róber Pier, no le vemos las ventajas. De hecho, la mayoría de goles se encajan por pérdidas en la salida del balón en corto cerca de la portería. Vean sino la que ha liado Upamecano del Bayern frente al Manchester en Champions.

Algún gurú iluminado se le ocurrió en su momento que en el fútbol moderno hay que salir con la pelota jugada desde atrás y todos se han subido al carro. Si te niegas, tu prestigio como entrenador o jugador puede quedar en entredicho. Claro, salvo el de Róber Pier que está a salvo como central fiable de garantías.


Parece que, si el defensa no hace pasecitos en horizontal, regatea delanteros o triangula con el portero es porque le falta talento o calidad con el pie como jugador o no está a la altura como técnico. Y todos lo aplaudimos como tontos. “Atraes la presión, descolocas al rival y generas espacio en campo contrario…”. Tonterías que cuestan goles.


Estamos convencidos que pasará y dentro de no mucho tiempo, una década no más, será visto como una excentricidad absurda. Majaderías del guardiolismo y del tiki taka trasnochado. Ganas de provocarnos taquicardias. El propio Róber Pier, tan torero hoy, se preguntará entonces, ya retirado en Oleiros, por qué puñetas se la jugaba de esa manera en el área pequeña, con el marcador a favor, teniendo la opción de darle patada arriba. Y puede que hasta justifique y comprenda a aquellos granotas que la tomaban con él.

Ya ven, la mayoría de los experimentos tienen como resultado el fracaso. Aunque es posible que, al fin y al cabo, algunos den buen resultado y lo del Levante de Calleja al final acabe bien. O no.

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