Un Levante muy plano empata de nuevo en Málaga y deja en evidencia la falta de ideas de un equipo cuesta abajo
No, con esto no da para ascender. El Levante es un equipo moribundo en estos momentos, sin ningún tipo de chispa ofensiva (tres partidos seguidos sin marcar) y abocado a la X continua salvo error del rival. Lo más preocupante es que no parece haber ideas ni revulsivos para cambiar la dinámica actual. El famoso Ferrari con el que se comparaba a la plantilla a principio de temporada, no parece tener ruedas de repuesto a la mínima que sufre un pinchazo.
En La Rosaleda volvió a quedar en evidencia la falta de fondo de armario. Sin Campaña, Brugué o Pablo Martínez, el equipo volvió a ser muy plano en la faceta ofensiva, pese a que Bouldini firmara uno de sus mejores partidos de la temporada.
Pero, ¿realmente la plantilla que jugó en Málaga es la de un equipo para ascender directamente? Entre la inmadurez de Cantero, las excesivas virguerías de Montiel y la falta de un killer rematador, que el Levante generara peligro de manera habitual sería un milagro de Calleja. Es cierto que al míster se le puede achacar una excesiva continuidad en su planteamiento base, pero las alternativas en el banquillo son limitadísimas. Y si la novedad pasa por darle más protagonismo a Musonda, más vale tomárselo con paciencia.
A falta de 10 jornadas, el Levante se encuentra en su peor momento de la temporada, con la enfermería llena y a más de un partido de diferencia respecto al ascenso directo. Y, por si fuera poco, De Frutos tendrá que cumplir sanción en Santander. Todavía hay margen suficiente para cambiar el rumbo y muchos enfrentamientos directos por el camino, pero toca reinventarse para empezar a sumar de tres.
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