Hay noticias de las que no queremos saber nada con el mercado de fichajes a punto de cerrarse.
“El Sevilla va a fichar a Carlos Álvarez antes del domingo”. Me lo soltó mi hijo de sopetón y sin previo aviso mientras leía un libro tumbado en la hamaca. Casi me da un soponcio. En un segundo se me vino el mundo encima. Cruzó por mi mente la decepción de un nuevo fracaso esta temporada. Sin Carlitos el futuro se oscurece y el ascenso se complicaría convirtiéndolo en un más difícil todavía.
Me incorporé de un salto. “¿Cómo dices?” le pregunté alarmado en busca de detalles tras lo de Bouldini y las opciones reales de salida de Oriol Rey. Entonces se echó a reír con un “es broma, cuñao” (mis hijos -de manera incompresible- llaman cuñado a su padre en demasiadas ocasiones ¿?). Le recriminé: “con las cosas importantes no se bromea” y desapareció riéndose con la inconsciencia de quien no termina de valorar la importancia del joven sevillano en el engranaje del conjunto de Calero.
"Nos trae a mal traer su posible pérdida. Hasta que no se cierre el mercado de fichajes el sábado por la noche no descansaremos"
La noticia fake, en el fondo, de ser cierta, no hubiera sorprendido a nadie, pese a tener contrato hasta 2027. Lo comentamos en la acalorada grada en el partido frente al Cádiz: es casi milagroso que un jugador tan determinante (“¡el pequeño Maradona!” se arranca uno a voz en grito entusiasmado desde tres filas más atrás) continúe en el Levante. Sabemos que, más pronto que tarde, volará a otro equipo. Tiene calidad (el pase de gol con el interior a Brugué es una obra de arte que no nos cansamos de ver repetido), picardía, visión de juego, ganas y personalidad. El que había sido su principal hándicap (escaso tamaño y falta de poderío físico), lo viene supliendo con mucho gimnasio para ganar masa y potencia muscular. En pocos meses le hemos visto evolucionar y cada jornada crece en el campo hasta haberse convertido, pese a sus 21 añitos, en el líder del equipo.
Entiendan que nos traiga a mal traer su posible pérdida. Hasta que no se cierre el mercado de fichajes el sábado por la noche no descansaremos. Las aspiraciones del ascenso granota pasan en gran medida por sus botas. Y eso a pesar de la presencia de personajes tan tóxicos en el vestuario como ese vergonzoso excomandante que viene lastrando la inscripción de toda la plantilla. Supongo que, si todo sigue así, en el mercado de invierno padeceremos otro sinvivir. Bendito sufrimiento.
Superado el susto nos volvimos a sumergir en las páginas de nuestro libro mientras tarareamos por lo bajini a La Cabra Mecánica, como si se lo dedicáramos a Carlitos: “tú que te mereces un príncipe, un dentista, ¡tú! te quedas a mi lado y el mundo me parece más amable, más humano, menos raro, y tú”. Olé tu arte. O no.
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